Por una variedad de razones, algunos cristianos insisten en que el ateísmo implica la certeza absoluta de que no existe dios alguno. Esto refleja una falta de conocimiento, de lo que el ateísmo es. O tal vez quieren, con esto, tratarnos como a los prójimos que tienen otra religión (la fe en que dios no existe). El ateísmo es simplemente la falta de creencias en un dios o dioses. Esto es el ateísmo, nada más, no representa otra cosa. El ateísmo no es una religión, una filosofía, una cosmovisión, o algo similar. No es la convicción de que no hay dioses, fantasmas, ángeles, etcétera. A decir verdad, el ateísmo no requiere un nivel especial de seguridad. Todo que requiere es el fracaso en justificar la creencia en algún tipo dios.

La premisa de la religión es que el ateísmo se basa en el NO y que esta negativa impide el florecimiento de la vida. Posición por demás incomprensible viniendo de manos de quienes le dicen no a su posibilidad de libertad de pensamiento y acción.

Si bien ser ateo no necesariamente deriva de un complejo ejercicio filosófico (sólo algo de lógica), reconocerse como ateo si conlleva a un análisis de lo conocido, desde lo complejo a lo sustancial. Pocos ateos no sienten algún interés en la ciencia y no se preguntan cómo serían las cosas sin ese ser improbable y clandestino que, sin embargo, se aboga la autoría del universo. Este universo del cual no se alcanza a vislumbrar un límite, pero que según la fe sólo es la consecuencia de algo superior.

Hablando con sentido común, hay solamente dos posibilidades para el origen del universo: o hay uno infinito retrocediendo infinitamente en sus orígenes o es la primera causa que puede ser explicada en relación con las causas más tempranas que se derivan de él. Tanto ateos como teístas pueden estar de acuerdo en que ésas son las posibilidades. Si hay una infinita cantidad de causas, parece un sin sentido tratar de adivinar más lejos y más atrás en el tiempo, tal búsqueda garnatizaría el nunca acabar. Si hay una primera causa, sin embargo, podemos hacer las preguntas sobre qué clase de cosa podría ser.

En cualquiera de estos casos lo importante es no dejarse llevar por la emociones, es decir, ser objetivo a la manera científica, con el perdón de los religiosos, esta condición es necesaria para llegar a algún tipo de conclusión verificable, no se puede ser objetivo a la manera religiosa. Ser un científico y estudiar los orígenes con la premisa de la fe en dios es deshonesto. Me disculpo otra vez diciendo que las religiones hasta ahora no han descubierto algo, muy por el contrario, sus afirmaciones basadas en el sin sentido han sido poco a poco desechadas gracias al método científico.

¿Por qué ahora después de demostrado su fracaso, incluso en el discurso social, insisten en perpetuarse como necesidad, más que como alternativa?

Los ateos no necesitamos de ninguna certeza para ver los frutos de la religión, la ignorancia y la justificación de muchas maldades son tan evidentes que son los creyentes quienes necesitan inventarse certezas para seguir adelante con ese extraño plan divino al cual fueron sentenciados antes de nacer.

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